viernes, 28 de octubre de 2016



Me permito proseguir con información sobre el tema que aquí se trata y,  aún que pueda parecer en principio reiterativa, he de proporcionar datos singulares para abordar aspectos también de esa denominación.


Los Incas son quienes desarrollaron un camino, camino que heredaron  de sus antepasados y, lo conformaron cual  espina dorsal que permite atravesar seis países, desde Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Chile hasta Argentina; un hecho arqueológico considerado el más grande del mundo: el Qhapaq Ñan, el cual llegó a tener una extensión de más de treinta mil kilómetros.  Siendo la vía que recorre a los Andes, la complejidad de tramos que atraviesa propende a manifestaciones de algún modo creativas para continuar el trayecto, así se construyeron puentes colgantes hechos de fibras vegetales y,  el denominado Q´eswachaca  resulta ser el único que continua latente, ello en el distrito de Q´ewe ubicado en la provincia de Canas en Cusco-Perú,  en tanto atraviesa el rio Apurimac a 3700 msnm. 
Cada año cuatro comunidades de la zona: Huinchiri, Chaupibanda, Ccollana Quehue y Pelcaro se reúnen para renovar dicho puente; en principio se busca una fibra natural de apariencia similar a la paja, pero de mayor resistencia (durante el proceso de recolección se mambea coca para resistir la jornada), ésta se deja un día al sol para secar, después es golpeada con piedras para ablandarla y se la remoja para pasar al proceso de creación de trenzas que han de conformar el puente, en que se reparten las comunidades cierto número de trenzas como una labor de antaño. 
Antes de comenzar debe realizarse un ritual a la tierra pidiendo permiso, los productos a ofrecer son quemados durante todo un día evitando así algún accidente o mala elaboración del puente. A la mañana siguiente se arman las trenzas grandes, acción en que sólo participan los hombres, mientras las mujeres elaboran más trenzas para completar el puente. Las grandes trenzas son dejadas a los extremos del puente y, en la próxima jornada se realizan otras ofrendas procediendo así a atarlas a dos piedras de ambos extremos para dejar caer el viejo puente. El tercer día es el de la culminación, el maestro en tejido remite a tejerlo como técnica familiar que va de generación en generación; terminada la labor, las autoridades locales son quienes primero atraviesan el puente con sus ventiocho metros de extensión.  El cuarto día es para el festejo por la renovación del puente, manifestación ésta de la vigencia de la ingeniería incaica.





Información extraída de: 
http://cuscoperu.origenandino.com/puente-colgante-qeswachaka-canas.html







Imágenes extraídas de: 


https://almacosta.wordpress.com/2010/06/26/peru-puente-tejido-inca-reclama-su-legado/

viernes, 21 de octubre de 2016


Los Andes suramericanos siendo una cadena montañosa que entrelaza a gran parte de países de esta región, revela las variaciones naturales que se presentan de acuerdo al territorio, es así que incluso desde una altura considerable  puede apreciarse la diferenciación de los lugares debido a los colores que sobresalen. Lo anterior se da por el origen del agua en la zona, sea ésta proveniente del congelamiento y descongelamiento, que se diferencian como Andes de Puna o meridionales, o, los lugares en donde el agua de obtiene de los páramos, de la zona septentrional o Andes de páramo. En correlación a tal circunstancia es que el hombre termina por relacionarse con su paisaje y de ahí también que en su asentamiento se evidencia un sistema de archipiélagos, espacios que se habitan teniendo como referente al agua.     

Ahora bien, cuando los Andes cambian los caminos del Qhapaq Ñan de igual modo manifiestan conmutaciones, entonces la zona meridional denota trayectos áridos frente a la norte en que abunda el verde como muestra de vitalidad; no se desconoce en ello que sitios desérticos tienen diversidad, pero en éstos se sabe que el agua es escasa.   Así, cada camino y tipo de camino que hace parte del amplio sistema vial, es la representación del pensamiento del habitante de antaño, de los Incas que extendieron su imperio del Tahuantinsuyo (unión de caminos que relacionaron al imperio con sus dominados, sea para intercambio, comunicación e integración) y al fin y al cabo del ser humano que vivió y vive en cercanía, en su apreciación del mundo reciproca a su conocimiento basado en mitos y experiencias, en donde la oralidad proyecta sus ideas para ser abordadas desde distintos ángulos y no tan sólo con un orden lógico contemporáneo.













Imágenes extraídas de:

http://www.elciudadanoweb.com/el-camino-del-inca-fue-declarado-patrimonio-de-la-humanidad/


jueves, 6 de octubre de 2016

En el camino hacia el reconocimiento del hombre que habitó la cordillera de los Andes (tema que nos cita aquí), es preciso mencionar la presencia del pueblo mochica en Perú, pues, allí se encuentra un importante sitio a manera de Guaca (lugar arqueológico) la cual revela aspectos de dicho pueblo.
  
Aspectos a destacar:

El reino de Chimor  tuvo sus antecedentes en la cultura conocida como Moche, por el valle del mismo nombre, o Mochica, por la lengua prehispánica que se hablaba en el vecino departamento de Lambayeque. Esta cultura se desarrolló entre los siglos II y VIII D.C. a lo largo de 700 Km de costa, entre los valles de Piura y Huarmey. El centro de poder mochica de mayor importancia se encuentra en la margen izquierda del río Moche, a 8 km de Trujillo y lleva el nombre moderno de huacas del Sol y de La Luna. 

Lo anterior resulta importante para abordar el cuadro funerario que se encontró en Trujillo, la cual demuestra la complejidad del pueblo Mochica y ha sido denominado: El señor de Sipàn, a quien ocho personas lo acompañaron en su tránsito hacia el mundo inacabado en reconocimiento a su jerarquía. Son los restos del que podría ser el primer gobernante del antiguo Perú del que se reconoce su aspecto físico o lo que queda de él;  lleva éste un rostro de oro  dando posibilidad a otra imagen ya para la muerte y  lo que se desconoce de ella; tiene también sandalias en plata quizá como manifestación del ser superior frente a los demás terrenales.
 Hay mucho más que oro y demás piedras preciosas utilizadas para su entierro, es develar aspectos simbólicos que dan cuenta del pensamiento en dicho tiempo; el uso de ornamentos realistas pero a su vez simbólicos,  como es el caso del collar mitad de oro y mitad de plata, significativa representación de  la dualidad o bipartición del mundo, del día y de la noche, que bien puede ser la simple concreción de una idea, más esa idea conlleva al encuentro con el hombre y su entorno y es ese un aspecto enteramente disímil al del ser humano actual.


 Cercanos a la zona están otros entierros de personajes menos relevantes para la época (no tan fastuosos) que asimismo viajaban con formas que reflejan ideas de su contexto, todo ello es la manifestación del pasado que está latente. Así pues,  el misterio que circula en el aire de lugares como Guacas, se torna más evidente con el paso del tiempo, propenso es entonces el hombre a la confusión sobre lo que ve y le es ajeno.



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